En el año 2006 Gonzalo Pallas decide armar un proyecto musical junto a su tío Gustavo Spinetta, con quien venía tocando, y un amigo de la secundaria. Comienzan a zapar juntos hasta que aparecen los primeros temas. Al poco tiempo se incorpora otro amigo del colegio Francisco Zunana; es en ese momento que se decide llamar "Amel" a la banda recordando el nombre de un antiguo gato persa que tenía Gonzalo. Luego de casi un año tocando juntos el bajista decide irse del grupo dando lugar al nuevo y último miembro Pablo Castagneris, amigo y compañero del colegio de Francisco y Gonzalo. Asi nace Amel, conformado por Gonzalo Pallas (en voz y guitarra), Francisco Zunana (en guitarra), Pablo Castagneris (en bajo y coros) y Gustavo Spinetta (en batería y percusión).
Amel es un grupo musical que deriva de una mixtura entre diferentes estilos e influencias musicales basadas en el rock, pop, funk y jazz , logrando adquirir una personalidad propia que trata de trasmitir una nueva propuesta alejada de los parámetros convencionales transitando diferentes estadíos que pasan de la oscuridad a la claridad. Estos cuatro amigos además de compartir el gusto por la música, vienen de familias donde el arte siempre estuvo presente y ha sido generador de un modo de vida. A través de su música intentan transmitir y generar conciencia sobre la compleja situación del mundo en el que vivimos hoy.
"Amel en el lago de los sonidos guerreros" por Daniel Ballester.
Es suficiente con un par de canciones para percibir si el milagro estalló o fue apenas el verano. Amel nada en la tormenta y cada brazada es un sonido que hiende y se hunde en el agua helada de las tuberías que centrifugan música para el cuerpo mutante de nosotros que somos arcilla, morcilla y pava. Amel, cabeza guerrera, gracia gitana, corazón de letras atómicas con néctarradares . Amel, cápsula de viento que sopla entre las grietas de este barrio-melodía donde los pibes tocan sin parar para bien de nosotros, que por estar tan solos nos sentimos parte de la tripulación de Amel, que viaja incansable hacia ese lugar sin nombre que algunos insisten en llamar universo y no es mas que el patio trasero de la casa atómica de enfrente".
